domingo, 27 de agosto de 2006

Critiquillas de cine: "Un café en cualquier esquina" y "La joven del agua"


El café me lo tomo con la narf

Las dos pelis que he visto esta semana: Un café en cualquier esquina y La joven del agua. La primera es de un joven realizador de origen iraní, Ramin Bahrani, que creo recordar se estrena -o casi- con este largo, tras recibir varios premios en festivales de cortos y demás zarandajas. La segunda es del archiconocido director de El sexto sentido, El protegido y El bosque, M. Night Shyamalan.

Un café en cualquier esquina es el retrato de la vida de un joven pakistaní, ex-estrella de rock para más señas, que se traslada a Estados Unidos con su mujer y allí lleva una desgraciada vida como vendedor de café y rosquillas en pleno Manhattan. El tipo es un triste que no aprovecha ninguna de las oportunidades que se le presentan de mejorar y de ser un poco más feliz, porque -y esto sólo se intuye-, está traumatizado por la muerte de su mujer y por no poder vivir con su hijo pequeño, medio secuestrado por su arisca suegra.

Lenta y tediosa, la cinta nos machaca con el protagonista arrastrando su carrito al alba por las calles de Nueva York en lo que supongo es un pretendido bucle poético, y nos muestra -estas son algunas de las mejores escenas por su simplicidad y su tierno retrato de los momentos cotidianos-, a los clientes que cada día visitan el puesto para comprar el café y charlar un momento con el deprimido dependiente. Hasta que un buen día, el tipo tiene la oportunidad de encontrar de nuevo el amor -personificado en la dulce españolita Leticia Dolera-, y la amistad en un compatriota yuppie que le da trabajo y le introduce en su círculo de relaciones. Pero el tipo no reacciona. Y ahí queda todo.

Un café en cualquier esquina es de esas pelis en las que casi no pasa nada. Pero tal y como está contada esa nada, no vale nada. Hay maravillosas películas en las que no pasa nada, pero la narración es visualmente preciosista o desprende una mirada concreta que llega. Pues no es el caso, aunque los premios y algunas críticas me contradicen. Esta es de esas pelis que a los sesudos cinéfilos debería gustarles. Pero ni es sesuda ni es arte cinematográfico. Es un tostón. Quizá no era el día, pero teniendo en cuenta que quien suscribe aguanta las pelis que otros consideran aburridas como nadie -hasta me encanta Bergman, sí-, pues...con eso os lo digo todo. Es un petardo circular sin esperanza, sin demasiada belleza visual, y sin gracia. Salí bastante cabreada del cine.

La segunda peli, La joven del agua está protagonizada por Paul Giamatti (Entre copas) y Bryce Dallas Howard (El bosque, Dogville). El norteamericano de origen hindú nos ofrece una fábula sobre unas criaturas fantásticas, las narf, que velan por la felicidad de los hombres y que incluso se ponen en peligro para conseguir su loable objetivo. La película, sin ser una maravilla, es de esas de las que uno sale contentito del cine. Es bonita, que se dice, y las interpretaciones de los protagonistas -especialmente de Giamatti, que tartamudea con mucha gracia, y de la inquitetante y pálida Bryce Dallas Howard-, son más que correctas. La historia, basada en un cuento que Shyamalan inventó para sus hijas, nos cuenta la vida de una comunidad de vecinos (comparada por algún crítico con un 13 Rue del Percebe a lo yankee), en la que aparece una ninfa marina que tiene como misión conocer a uno de sus inquilinos. Este hombre tendrá una importancia vital en el futuro de la nación y está destinado a conocer su destino de voz de la narf. Pero hay peligros y monstruos que acechan a la ninfa y que deberán ser enfrentados por toda la comunidad unida para asegurar que la narf cumple con su importante misión y logra que el mundo sea un lugar mejor. Así que todos se ponen manos a la obra.

Menos tenebrosa y mucho más optimista que El bosque, La joven del agua tiene momentos divertidos, tensión, e incluso una guasona puyita del director a los críticos de cine. Es un bonito cuento para irse contento a la cama. No pasará a los anales del séptimo arte pero, para levantar la moral y la fe en el género humano (inocentemente, por supuesto), sirve.

La web de la peli: wwws.warnerbros.com/ladyinthewater/landing.htlm